Un
estudio realizado por “The Consortium
for Research on Emotional Intelligence in Organizations”, obtuvo un
resultado sorprendente: El ÉXITO PERSONAL se compone de un 23% de nuestra CAPACIDAD INTELECTUAL y un 77% de nuestras APTITUDES EMOCIONALES.
Dale Carnegie
nos dejó casi una clave profética: “Cuando
tratamos con personas, debemos recordar que no estamos tratando con criaturas
lógicas. Estamos tratando con personas con emociones…”.
“Influir mejor en los demás”
Conectar
con esas emociones, analizarlas, controlarlas, entenderlas y utilizarlas nos va
permitir influir mejor en los demás y ser más eficaces en nuestro trabajo y en
nuestra vida, como comerciantes, como jefes, como padres, como maridos, como
esposas…
¿Cómo hacerlo?
En
primer lugar teniendo una disposición positiva y manteniendo una actitud
tranquila. Los médicos nos hablan de sistemas nervioso, simpático y
parasimpático, pero a nosotros nos basta con un truco: Tener saliva en la boca.
Cuando
estamos en una situación estresante, lo primero que nos ocurre es que se nos
seca la boca. Es muy fácil de comprobar en aquellas personas que hablan en
público. Beben un poquito de agua, no porque les haya entrado sed en ese
momento, sino para controlar la ansiedad.
También
es importante la respiración. En la
India , ya desde niños aprenden una respiración
particularmente eficaz, para mantener una actitud apacible y una mente
despierta. Consiste en tapar con un dedo
el cornete izquierdo de la nariz y tomar aire profundamente por el derecho.
Tapar a
continuación el lado derecho y soltar el aire por el izquierdo. Volver a tomar
aire por el cornete izquierdo, tapar y soltar por el derecho y así repetir
cuatro o cinco veces. Es sorprendente el resultado. Notarás más claridad al
haber oxigenado mejor el cerebro.
Más herramientas
Cuando
nos sentimos muy cansados, es fácil que nos ataque cierta irritabilidad, si
tenemos que decidir algo en ese momento. Otra herramienta que podemos utilizar
para mantener la claridad mental es la llamada cruz de San Andrés, que consiste
en una gran X, cuyos lados laterales son más pequeños que el superior e
inferior.
Les
recomiendo a mis alumnos que lleven siempre en el bolsillo una tarjeta de visita,
con la X trazada, con un fibrón negro,
uniendo las esquinas opuestas.
Cuando
notemos la mente muy cansada pongamos
esta tarjeta a 15 cm .
de nuestros ojos durante un par de minutos; esto hará que volvamos a pensar con
claridad.
Simplicando,
nuestro cerebro está formado por un hemisferio cerebral derecho, que es el que
recoge las impresiones a través del ojo como si fuera una cámara fotográfica, y
el hemisferio izquierdo que es el que interpreta lo que ha visto el hemisferio
derecho. Se unen por el cuerpo calloso.
Para
elaborar el pensamiento deben estar ambos hemisferios integrados. A veces, un
disgusto o el cansancio o una digestión pesada pueden hacer que se produzca la
llamada homolateralidad, que consiste en que cada hemisferio va por su cuenta, provocando
una dislexia temporal ligera.
Haga la
prueba cuando tenga la mente muy cansada, trate de contar desde cien a cero,
con cierta rapidez y en voz alta. Después póngase la X delante de los ojos y
vuelva a contar. Y compare los resultados.
Juan A.
González y González – Aftermarket España
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Cosas de Famosos
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