Armar un negocio
sin considerar el costo de los insumos de producción (entre otros, la mano de
obra) le asegurará a la organización el futuro de un castillo de naipes expuesto
al huracán Katrina. Y pensar en ofrecer bienes o servicios sin contar con el
talento capaz de agregar valor diferenciador a la producción, condena a
competir ofreciendo un commodity y, por
ende, sólo por precio. En suma, la gente y su remuneración son insumos
imprescindibles para producir y, más importante todavía, para competir con
ventaja.
Por Bernardo Hidalgo
No hay comentarios:
Publicar un comentario