miércoles, 18 de enero de 2012

Herramientas para pensar mejor



Un estudio realizado por “The Consortium for Research on Emotional Intelligence in Organizations”, obtuvo un resultado sorprendente: El ÉXITO PERSONAL se compone de un 23% de nuestra CAPACIDAD INTELECTUAL y un 77% de nuestras APTITUDES EMOCIONALES.



Dale Carnegie nos dejó casi una clave profética: “Cuando tratamos con personas, debemos recordar que no estamos tratando con criaturas lógicas. Estamos tratando con personas con emociones…”.
 
 
“Influir mejor en los demás”
 
Conectar con esas emociones, analizarlas, controlarlas, entenderlas y utilizarlas nos va permitir influir mejor en los demás y ser más eficaces en nuestro trabajo y en nuestra vida, como comerciantes, como jefes, como padres, como maridos, como esposas…
 
 
¿Cómo hacerlo?
 
En primer lugar teniendo una disposición positiva y manteniendo una actitud tranquila. Los médicos nos hablan de sistemas nervioso, simpático y parasimpático, pero a nosotros nos basta con un truco: Tener saliva en la boca.
Cuando estamos en una situación estresante, lo primero que nos ocurre es que se nos seca la boca. Es muy fácil de comprobar en aquellas personas que hablan en público. Beben un poquito de agua, no porque les haya entrado sed en ese momento, sino para controlar la ansiedad.
 
También es importante la respiración. En la India, ya desde niños aprenden una respiración particularmente eficaz, para mantener una actitud apacible y una mente despierta. Consiste en  tapar con un dedo el cornete izquierdo de la nariz y tomar aire profundamente por el derecho.
 
Tapar a continuación el lado derecho y soltar el aire por el izquierdo. Volver a tomar aire por el cornete izquierdo, tapar y soltar por el derecho y así repetir cuatro o cinco veces. Es sorprendente el resultado. Notarás más claridad al haber oxigenado mejor el cerebro.
 
 
Más herramientas
 
Cuando nos sentimos muy cansados, es fácil que nos ataque cierta irritabilidad, si tenemos que decidir algo en ese momento. Otra herramienta que podemos utilizar para mantener la claridad mental es la llamada cruz de San Andrés, que consiste en una gran X, cuyos lados laterales son más pequeños que el superior e inferior.
 
Les recomiendo a mis alumnos que lleven siempre en el bolsillo una tarjeta de visita, con  la X trazada, con un fibrón negro, uniendo las esquinas opuestas.
 
Cuando notemos la mente muy cansada  pongamos esta tarjeta a 15 cm. de nuestros ojos durante un par de minutos; esto hará que volvamos a pensar con claridad.
 
Simplicando, nuestro cerebro está formado por un hemisferio cerebral derecho, que es el que recoge las impresiones a través del ojo como si fuera una cámara fotográfica, y el hemisferio izquierdo que es el que interpreta lo que ha visto el hemisferio derecho. Se unen por el cuerpo calloso.
 
Para elaborar el pensamiento deben estar ambos hemisferios integrados. A veces, un disgusto o el cansancio o una digestión pesada pueden hacer que se produzca la llamada homolateralidad, que consiste en que cada hemisferio va por su cuenta, provocando una dislexia temporal ligera.
 
Haga la prueba cuando tenga la mente muy cansada, trate de contar desde cien a cero, con cierta rapidez y en voz alta. Después póngase la X delante de los ojos y vuelva a contar. Y compare los resultados.

Juan Antonio González y González

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