domingo, 27 de marzo de 2011

HAY QUE REGAR EL ARBOLITO TODOS LOS DÍAS

Lo que siembra es lo que tiene que cosechar. Pero hay que regar todos los días el arbolito del fruto que ha sembrado para que de sus frutos: los tiene que dar tarde o temprano. Hasta ahora nadie se ha arrepentido de ser el mejor, porque luego de un tiempo vienen las oportunidades, el progreso, el reconocimiento, las motivaciones, las cosas que tanto ha soñado le vienen a sus manos como nunca lo hubiera pensado.

Entonces, en un lugar en donde las personas buscan la excelencia, todo mundo quiere estar, aunque no todos están dispuestos a pagar la factura. En ese punto, no deje que se pudran las manzanas, tan pronto vea una podrida, sáquela de la canasta y retírela, no vaya a ser que pudra a otra o a todas las demás. Inculcar valores a su gente siempre da buen resultado.

Si el arte de ser el mejor consiste en una serie de reglas, necesariamente tienen que ir incluidas las que a continuación pasamos a enumerar.

· Seleccionar muy bien el perfil de su gente. A veces se escoge erróneamente y es en donde la gente falla porque no está en el lugar en donde quiere estar. Se debe monitorear periódicamente que la gente esté trabajando contenta en el lugar en donde se le ha puesto.

· Trabajar con un sistema de calidad que le permita saber en qué parte del proceso está teniendo fallas. El control de calidad es indispensable en toda buena empresa.

· Cumplir y exceder las expectativas de su cliente. Ponerse en sus zapatos, pensar como él pensaría, sentir como el sentiría respecto a su producto. Ofrezca la satisfacción total de su cliente o la garantía del 200%.

· Estandarizar sus reglas de calidad mundialmente. Esto significa certificarse en normas ISO 9000.

· Ser visionario. Estudiar los mercados, consultar especialistas. Y lo más importante: echar a andar toda la creatividad de su gente, y verá que es infinita y valiosa.

· Tener un número telefónico de atención al cliente las 24 horas del día, dar buen trato y mucha cortesía, atenderlos inmediatamente y resolver sus quejas a la mayor brevedad, a la hora que le presenten un problema, ofrecer una gran variedad de soluciones que satisfagan a su cliente.

· Capacitar a su gente: es una inversión muy valiosa, capacítela continuamente, detecte las necesidades de entrenamiento y de capacitación, antes de que sea demasiado tarde. ¿Hay tanto que aprender! Es valioso tener excelentes instructores internos, no cuestan mucho y es una herramienta muy importante para sus empleados.

· Trabajar siempre con acciones de mejora continuas, se logran resultados sorprendentes. Involucre a todo el equipo ellos participarán entusiastas, nadie mejor para mejorar el proceso que el que trabaja todos los días en él.

· Utilizar lo último en tecnología. Hay que actualizarse, no quedar atrás de los demás.

· Premiar a los mejores. Es una gran oportunidad de mostrarles cuanto los valora la empresa. Cómpreles las ideas, los regalos no tienen que ser demasiado costosos. Reconocer lo bueno y lo mejor entre sus empleados, hace que ellos se sientan realizados en lo que están haciendo y se sienten más comprometidos a seguir siendo mejores, todavía más mejor de lo que hasta ahora son.

Gerardo Klajnberg-Aníbal Litvin

miércoles, 23 de marzo de 2011

3 ideas fundamentales para ser competitivos


1) Mantener clara la visión.

Mirar al futuro para saber adónde uno quiere llegar.

Permanecer atento de las tendencias leyendo artículos, el diario, revistas, sitios web y todo lo que concierne a su campo en particular y al de los negocios en general. También de la economía para saber qué estrategias puedes implementar para no tener que quejarse de que las cosan andan mal (como hacen muchos comerciantes).

Escuchar con atención a sus clientes.

Tener una clara visión de qué es su negocio para usted mismo, de manera de poder comunicársela a sus clientes.

2) Poner pasión al trabajo

Estamos para servir a los clientes. Cuando logramos que ellos nos eligen y nos vuelven a elegir es que le estamos brindando “algo” que ellos aprecian. Y nos están eligiendo a nosotros y no al de al lado.

Es eso que llamamos “por algo será”, que está basado en el esfuerzo diario de dar lo mejor.

3) Estar dispuesto al cambio y a la innovación

Es cierto que el trabajo diario nos lleva mucho tiempo, nos estresa, nos cansa. Pero en verdad, no hay que dormirse. Es lógico que si uno está trabajando 5 años seguidos, poniendo todo el esfuerzo y sacando todos los días “papas del fuego”, baje un poco los brazos. A todos nos ocurre. Pero de ahí a caer en la abulia o en el creernos que ya “estamos hechos” hay un paso que nos puede hacer caer al precipicio.



viernes, 18 de marzo de 2011

¿CÓMO PODEMOS HACERLO MEJOR?

La mirada sobre un negocio o empresa, la recreación de viejos paradigmas en nuevos desafíos, el convencimiento que si existe algo estable es el cambio, nos lleva permanentemente a intentar poner sobre la mesa (perdón, en estas páginas) una suerte de debate intelectual sobre el aparentemente simple ejercicio del comercio.

Si fuera tan sencillo el afrontar cotidianamente todas las cuestiones a las que nos enfrentamos, desde la forma de relacionarnos con nuestro entorno de trabajo, hasta el hecho aparentemente simple de decidirnos por cerrar la compra de una oferta, el mundo estaría plagado de empresarios.

Ciertamente, no es así. A lo que debemos adicionar que en algunos casos la vida nos impuso, quisiéramos o no, el hecho de estar en el lugar que hoy nos encuentra.

La idea es: preguntarnos qué podemos hacer ahora que estamos aquí y cómo hacerlo de la mejor manera posible. Esa es la clave.

Natalio Borowicz

lunes, 14 de marzo de 2011

¡PELIGRO! ESTO PUEDE DESTRUIR LA EMPRESA FAMILIAR



Este es el escenario de la batalla:

-Hoy en la Empresa Familiar se contraponen la Generación del Progreso y la Generación del Desencuentro. Entre ambas existe un abismo.

-La generación del Progreso, a pesar de tener mucha edad y estar en condiciones de retirarse, se considera inmortal y omnipresente; por lo tanto, no deja espacio a otros. La Generación del Desencuentro sufre este grave problema

-Ante esta situación, la Generación del Desencuentro vive una búsqueda que no tiene fin en su derrotero por encontrar inclusión en el mundo. Busca un espacio que la Generación del Progreso le niega. ¿Consecuencias? La “adicción al trabajo” y el “burn out”.

-Por otra parte, los “viejos” tratan de encadenar a su proyecto a los “jóvenes”. Los “viejos” ningunean la capacidad de las nuevas generaciones para adaptar “su modelo” a la medida de estos tiempos. Se creen inmortales y absolutamente imprescindibles.

-Dentro de una empresa familiar, ambas generaciones luchan por espacios de poder. Una no quiere dejar su lugar porque siente que perderá “su vida”. La otra siente que no le dejan tener “su vida”.

-Este encontronazo puede ser fatal, puede llevar a situaciones dantescas. Pero, por otro lado, y a través del Mentoring, se puede armar un grupo invencible a través de la conjunción de lo mejor de ambas.

La idea del Mentoring es dejar de sufrir. De tratar de llegar a sus objetivos. De incluir a todos en este mundo. De hablar que la vejez no significa exclusión. De mancomunar esfuerzos.

En suma: nadie tiene razón y todos la tienen. ¿Cuáles son los puntos en común? Seguramente los hay.

Ernesto Beibe Marianela Ruiz

Mentor Mentora

ernesto.beibe@gmail.com

marian.mentora@gmail.com

www.mentoringempresario.com

viernes, 11 de marzo de 2011

No dormirse en los laureles

Existe en muchos un grave error, tanto empresarios como hombres de negocios. Se cree que porque el sol sale siempre por el Este no hay que hacer nada. Basta sólo con vender, esperar que regresen los clientes y seguir vendiéndoles, especialmente si no existe competencia cercana.

En verdad, aunque no haya una competencia tangible y cercana, también hay que competir y brindar el mejor servicio.

Por dos puntos esenciales:

1) Brindar lo mejor de uno al que nos viene a comprar.

2) Nunca se sabe cuándo puede aparecer un competidor real al lado de su negocio. Y si lo toma a usted con las defensas bajas… puede ganarle.

lunes, 7 de marzo de 2011

¿QUÉ ES MEJOR? ¿OCUPARSE O PREOCUPARSE?


Se ha hecho una costumbre, observar con frecuencia como se corrige a un colaborador, amigo o conocido cuando expresa que está preocupado; “no se preocupe… ocúpese” es lo que de inmediato se señala, haciendo referencia directa a que “preocupado” no hace nada y que en vez de mantenerse en ese estado debe “ocuparse” en resolverlo.

A “preocuparse” se la considera sinónimo de: intranquilo, inquieto, alarmado, abstraído, pensativo, meditabundo, cabizbajo, turbado, acongojado, e incluso, en algunas latitudes, se entiende también como maniático y neurótico. Si observamos literalmente es fácil deducir que todos ellos manifiestan ese estado de inactividad que justifica la voz imperativa de “ocuparse” para salir de él. Pero ¿es así que debemos verlo?

Vamos a la Real Academia

Pero veamos cómo son las cosas: el prefijo “pre” significa “con antelación” “antes de”. Si se revisa el diccionario de la Real Academia Española se encontrará que su significado, entre otras cosas, es: “anterioridad local o temporal, prioridad o encarecimiento”. Detengámonos por un momento en uno de sus significados: Prioridad. De acuerdo a la misma fuente esta palabra significa: 1. f. Anterioridad de algo respecto de otra cosa, en tiempo o en orden. 2. f. Anterioridad o precedencia de algo respecto de otra cosa que depende o procede de ello”.

Por lo tanto podríamos decir que preocuparse –vista como una palabra compuesta- significa “ocuparse con anterioridad con respecto a algo”. Y esa es la esencia de lo que todos conocemos en el mundo de la dirección y la administración y que nos empeñamos en recalcar a nuestros colaboradores, a eso le llamamos “proactividad”.

Es simple: La pre-ocupación es proactiva, la ocupación es reactiva. Los que se atreven a visualizar el futuro se preocupan. Y tienen más chances de adelantarse a los acontecimientos. En suma: un poco de adrenalina a los negocios nunca viene mal en nuestra querida jungla diaria. ¿No le parece?

viernes, 4 de marzo de 2011

ESCUCHE ANTES DE HABLAR. ¡PIENSE ANTES DE HABLAR!




Por Gerardo Klajnberg

Pongámonos en la cabeza de líder. La actitud natural de un líder es ser muy perceptivo o estar alerta.

Todo el tiempo se los está estimulando de forma permanente e incansable y los interpreto de acuerdo a mi estado emocional y mi estado va a me va a producir alguna interpretación emocional sintiendo cierto estímulo a mi cerebro.

El estimulo me hace reaccionar por la interpretación y obtener ciertos resultados.

Ejemplo:

En un calmo espacio de campo aparece un puma:

Estimulo: PUMA

Interpretación: Amenaza

Emoción: Miedo

Acciones disponibles: Paralizar, Atacar, escapar, esconderme.

En un apartado paraje estamos haciendo un safari fotográfico y hace 2 días esperamos al puma para fotografiarlo.

El camuflaje nos confunde inmóviles por las últimas 16 horas con la escena de vegetación muy verde por nuestra vestimenta y aparece .

Estimulo: Puma

Interpretación: Alivio, Éxito por encontrar el objetivo esperado.

Emoción: alegría, entusiasmo. (me preparé para ello)

Acciones disponibles: Fotografiarlo

Resultado: Logro, éxito, etc

El mismo estimulo tiene diferentes interpretaciones.

El ejemplo muestra que las personas tendrán diferentes acciones o reacciones de acuerdo a su situación emocional o la situación previa al estímulo.

Me pregunto como líder: ¿Qué es lo que hace que cuando explico a mi equipo una estrategia ellos entiendan cosas diferentes?

¿Que estoy haciendo? Trato de estimularlos.

¿Qué es lo que hace falta?

Lo que podría faltar es tomar el tiempo para escuchar y descubrir a que espacio emocional lleva mi estilo de liderazgo.

En qué situación está cada persona del equipo para prepararlo para la comunicación que quiero compartirles.

Luego su espacio interpretativo provocará que la parte emocional bien interprete.

Mi conclusión es básica: Escuche antes de hablar. Piense antes de hablar. Luego hable con tiempo para escuchar respuestas.

martes, 1 de marzo de 2011

PROPUESTA. CÓMO ENRIQUECER EL TRABAJO DIARIO


Por Gerardo Klajnberg

Las acciones "Motivadoras" son aquellas que tienden a generar enriquecimiento continuo del trabajo y las competencias para realizarlo, potenciando las capacidades de los miembros del equipo de trabajo, provocando y satisfaciendo el deseo de crecimiento, realización y éxito. Todo, para alcanzar el beneficio de cada persona individualmente considerada, el equipo de trabajo y la organización.

Enriquecer el Trabajo no significa incrementar las tareas, es asignar responsabilidad por labores cuyo desempeño requiera mayor nivel de competencias y formación.

La delegación de labores con mayor jerarquía es una forma de formar de manera estructurada y continua, también de motivar. Para realizar esta tarea, es necesario que quien delega; desarrolle, mejore y adapte capacidades de liderazgo y automotivación.
La motivación, es contagiosa y normalmente generalmente se crece. Si se desarrolla gusto por lo que se hace, los resultados son positivos. En consecuencia se genera entusiasmo por las tareas asignadas, se desarrolla motivación, que generalmente se acompaña de sentido de pertenencia y como resultado, es posible contagiar, en ese sentido a las demás personas que integran el grupo.

La delegación de tareas, y las acciones de enriquecimiento de trabajo permiten al gerente ser más eficiente, son:

1. Prestar a Cada Integrante del Equipo Atención Adecuada. Integrar el equipo de trabajo no les quita su carácter de personas.

2. Fijar Conjuntamente Objetivos. Creíbles, desafiantes, alcanzables, específicos, concretas y evaluables.

3. Ofrecer Autonomía. Permite crear un adecuado ambiente de estímulo a la opinión y al desarrollo de la creatividad, en todas direcciones.

4. Ofrecer Recompensas Económicas Justas. El mercado laboral adecua al salario al puesto y al cliente interno, adquiere derecho a recibirlo. La gratificación excepcional es el premio a la excelencia, cuando esta manifiesta también hay derecho a ella.

5. Retroalimentar. Es necesario que los integrantes de los equipos de trabajo estén informados permanentemente, para sentirse parte de los proyectos, solo así colaborarán adecuadamente en su desarrollo y logro.

6. Mejorar el Proceso de Gestión Humana. Permite vincular personas con capacidad de automotivación, que es contagiosa como lo es el talento.

7. DELEGAR. Es importante hacerlo para formar y motivar a la persona que recibe la responsabilidad delegado como para liberar tiempo creativo en el delegante.