viernes, 25 de febrero de 2011

EFICIENCIA: HACER CORRECTAMENTE LAS COSAS PARA LOGRAR LAS METAS


La eficiencia es definida en las palabras de Peter Drucker como “Hacer correctamente las cosas”. Es decir, cómo lograr las metas propuestas con el nivel de calidad deseado al menor costo posible.


Drucker afirma que podemos llegar a ser los más eficientes posibles pero soportados siempre en la eficacia, y que la misma es la clave del éxito para las organizaciones. Sin poder lograr por lo menos lo que nos proponemos, no seremos eficaces y sin esto no pueden sobrevivir las empresas a lo largo del tiempo.

La empresa eficiente aprovecha toda oportunidad de mejora y cada vez trabaja para que el beneficio se incremente. Dice Peter Drucker que la mejor forma de predecir el futuro es creándolo. El sentarnos a esperar que las cosas cambien no es una forma estratégica para ser exitosos sino el ponernos a crear el futuro buscando mejores formas de alcanzar los resultados.


La eficiencia no sólo debe ser aplicada en el área operativa de un negocio, sino también, en todas las demás áreas, es decir, hacerlo eficientemente; en donde no sólo se debe controlar los materiales, herramientas e insumos sino también el impacto en la operación del negocio como por ejemplo: El tiempo que dura el trabajo frenado.

No debemos enfocarnos solamente en el pasado, sino también en lo que falta por cambiar, que es el futuro. Enfocarnos en lo que no ha cambiado para predecir los cambios futuros, lo cual se puede hacer al establecer mediciones, tendencias y acciones correctivas, lo cual generaría una actitud proactiva y que tomaría en cuenta lo que es ser eficiente y evitar situaciones de crisis o adelantarse a ellas.

Para ser eficiente una empresa que haya sido exitosa no debe quedarse contemplando ese éxito sino que debe monitorear el mercado y su nivel de participación en el mismo constantemente, para innovar y mantener o incrementar su participación en el mismo.

Por Gerardo Klajnberg

lunes, 21 de febrero de 2011

LO IMPORTANTE ES COMPETIR


Cuántas veces hemos escuchado esta frase, muchas de ellas dichas con una falsa sonrisa, cuando los perdidosos somos nosotros o el equipo de nuestros amores.

Somos competitivos (tenemos la capacidad de competir), pero en muchas ocasiones nos molesta la competencia (la oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a obtener la misma cosa, según el diccionario de la Real Academia Española)

Por eso nos pareció oportuno en esta edición poner el foco en qué entendemos como COMPETENCIA.

Se suele decir que hay “sana competencia” cuando los contendientes aceptan y respetan las reglas del juego.

Llevado al terreno de los negocios (y de nuestro negocio de posventa), a nadie se le ocurriría poner un cupo a la cantidad de casas de repuestos o un límite a la cantidad de especialidades. Y en muchos casos, cuando un cliente entra en uno de los negocios preguntando por una pieza o producto específico, de no trabajarlo, la respuesta siempre será identificar al local dónde lo encontrará.

En otras ocasiones, hay otra mirada sobre “la competencia”: cuando otra empresa o local “se roba” al mejor encargado.

Me atrevo a decir que si un buen colaborador nuestro decide ir a desempeñarse en otra empresa o negocio, ciertamente el error está de nuestro lado, y no deberíamos echarle la culpa a “ese competidor”.

¿Y cuando una empresa no respeta “la cadena”? En una oportunidad, el directivo de una empresa autopartista local, ante una pregunta nuestra, nos respondió: “Nosotros vendemos a todo el mundo…”. Nuestra cara de sorpresa fue mayor, no por el alcance de su mercado exportador, sino por el remate de la frase “¡...a todo el mundo que ponga el dinero sobre la mesa!”. Obviamente, su actitud no era no cumplir la regla implícita del negocio: El fabricante fabrica la pieza, el distribuidor las vende “al por mayor”, y el minorista “al por menor”.

Pero… ¿qué pasa cuando “otros” llegan al mismo mercado en el que actuamos desde hace años? La realidad es que en algunas ocasiones se corre el riesgo de sentirse “el dueño” del rubro. “Esa es competencia desleal” se escucha de parte de algunos.

Y eso vale para todos, incluso para nosotros: Cuando comenzamos nuestro proyecto editorial, hubo preguntas tales como “¿Y a Uds. quiénes los financian?”, y cosas por el estilo. Pero nosotros decidimos competir marcando diferencias: todas las revistas están hechas con papel y tinta. Hasta allí la similitud. El resto es lo que marca la diferencia. Y en definitiva, ¡que gane el mejor!

Natalio Borowicz

viernes, 18 de febrero de 2011

21 RAZONES PARA TENER UN MEJOR NEGOCIO



1) Para ganar más dinero, aunque no pueda comprar felicidad.

2) Para ponerse más cómodo, incluso un poco más de lo que está.

3) Para llamar la atención, porque a casi todos les encanta.

4) Para aumentar el disfrute: de vida, de negocio, de algo.

5) Para poseer cosas bellas, porque ellas nutren el alma.

6) Para evitar la crítica, que nadie quiere.

7) Para hacer su trabajo más fácil, una búsqueda constante de muchas personas.

8) Para acelerar su trabajo, porque las personas saben que el tiempo es oro.

9) Para mantenerse al ritmo del snob, y hay snobs en todos lados.

10) Para sentirse opulento, razón rara, pero válida para hacer una compra.

11) Para parecer más joven, debido a la reverencia puesta en la juventud.

12) Para volverse más eficaz, porque la eficacia ahorra tiempo.

13) Para comprar la amistad, yo no lo sabía pero tengo un amigo que sí.

14) Para evitar el esfuerzo, porque nadie ama trabajar demasiado.

15) Para escapar o evitar el dolor, que es un camino fácil de hacer una venta.

16) Para proteger sus posesiones, porque ellos trabajaron duro para conseguirlas.

17) Para estar a la moda, porque pocas personas disfrutan estando fuera de onda.

18) Para evitar problemas, porque el problema nunca es una alegría.

19) Para acceder a las oportunidades, porque ellas abren las puertas a las cosas buenas.

20) Para expresar amor, una de las razones más nobles de hacer cualquier compra.

21) Para entretenerse, porque la función es normalmente la diversión.

Por Gerardo Klajnberg

martes, 15 de febrero de 2011

CAPACITACIÓN: LA HERRAMIENTA QUE HACE CRECER


Es importante comprender que la capacitación no es un gasto, siempre es saludable pensar en ella como una inversión. Lo anterior ha sido motivo de discusión durante muchos años; sin embargo el tiempo se ha encargado de sustentar que esto último es una verdadera realidad.

La vida va cambiando de manera extraordinariamente rápida y con ella muchas cosas, incluyendo los conocimientos; por ende para tener éxito es necesario estar acorde con dichos cambios y aceptarlos de una manera natural y entender su importancia en nuestro desarrollo presente y futuro.

Nada es estático en la vida y mucho menos pueden serlo los conocimientos, principalmente en ésta era de cambios y tecnología que tanto nos exige. No hacer un reconocimiento de esto va a significar estar de espaldas a nuestra propia realidad.

Cada cambio y experiencia por más traumática que parezca, deben significar una motivación, un incentivo, una enseñanza, para ser mejores cada día, y para serlo es necesario adquirir conocimientos a través de la capacitación, que redundará en tener mejores resultados en todo lo que se haga y se emprenda, para hacerle frente a todos los retos que nos impone el fenómeno global en el que vivimos.

A.L.

viernes, 11 de febrero de 2011

Una nueva tendencia: LA EMPRESA FELIZ


Ver a la felicidad dentro de la empresa como una estrategia que pretende cuidar e impulsar el bienestar y desarrollo de los colaboradores.
Se necesitan empresas inteligentes, que originen un ambiente de felicidad, que permitan desarrollarse los talentos de sus colaboradores y de esa manera, se logre un crecimiento integral de toda la organización (empresa – grupo – persona).
Para este cometido, es importante enfocar las estrategias internas a crear un ambiente de confianza y compromiso en las personas que colaboran con sus esfuerzos y conocimientos para que la organización logre el éxito competitivo, de esa manera, se logrará obtener una empresa feliz.

martes, 8 de febrero de 2011

DISCULPE, SEÑOR, NO ENTIENDO SU TARJETA



Todos tenemos nuestra tarjeta para intercambiar. Pero hay muchas que no sirven. ¿Quiere saber por qué?

Por Aníbal Litvin

¿Para qué sirve una tarjeta? Para que usted se la guarde y cuando me necesite para algo me llame, me escriba un mail y le haga acordar mi nombre o mi empresa.

Sencillo, ¿no?

Pero hay tarjetas que atentan contra estos conceptos. Vamos a ver qué no sirve.

1) Las tarjetas deben tener, por supuesto, prolijidad y buen gusto. Pero lo principal es que se deben leer. Veo tarjetas con tipografías para el nombre que no se leen. Algunos adoran las letras manuscritas. Son las tipografías más ilegibles. La tipografía debe ser sencilla y no tenga miedo en que sea un poquito más grande que lo que dictan “las reglas del buen gusto”. Si tengo que ponerme dos pares de anteojos para leer su nombre, me dan ganas de romperla.

2) Blanco y negro. David Ogilvy (QUEP) prácticamente inventó la publicidad en gráfica y en su libro “La Publicidad y yo” dice: fondo blanco, letras negras. Es lo que más salta a la vista. Fondos de colores… hmmmm. Un celeste que usted ve en una pantalla de PC cuando se imprime se convierte en un turquesa. imposible de soportar. Así que letras negras y fondo blanco, evitamos riesgos.

3) Guardas y firuletes alrededor de la tarjeta, no. Atentan contra el mensaje.

4) Teléfonos y mails: ¡Más grandes por favor! Si es la información que importa. Si está en cuerpo 4, póngala en cuerpo 6 o 7. No olvide que después de los 40 años ya casi todos necesitamos anteojos. Si sumamos a los que ya tienen anteojos desde antes, nadie ve nada.

5) Espacios. Veo tarjetas donde nombre, cargo, mails y teléfonos están apretados en un costado. Casi no hay una interlínea entre texto y texto. Y del otro lado, rodeado de un blanco enorme, el Logo de la empresa. O un dibujito símbolo de la empresa. Si usted es Disney y me pone un Ratón Mickey lo voy a entender. Pero cuando su empresa o negocio no es tan global, ¿cómo hago para adivinar quién es usted?

Mi resumen es: sin hacer payasadas ni poner el teléfono tipo afiche, buscar formas que permitan que esa comunicación que es realmente importante, se lea.

El comienzo de un negocio, una alianza o un nuevo camino muchas veces está en ese rectangulito.

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Cosas Raras de Famosas

http://tinyurl.com/3p4ruje

viernes, 4 de febrero de 2011

POR QUÉ LAS EMPRESAS TRIUNFAN

Por Gerardo Klajnberg


Las empresas triunfan cuando en ellas se establece una distinción entre las personas y deben alentar a los fuertemente comprometidos y distinguirlos de los otros.

Los beneficios de una empresa se resienten cuando todos sus empleados reciben el mismo trato.

Requiere que los ejecutivos de una empresa sepan cómo llevarla a cabo e inviertan más en las personas, los negocios o líneas de productos más valiosos. Así, todo el personal de una empresa debe ser evaluado y el mejor 20% del mismo, debe recibir un tratamiento de VIP.

El 70%, situado en un nivel medio, tiene que verse motivado y recibir la formación y ayuda necesarias para aumentar su experiencia y conocimientos. El 10% restante tiene que irse.

Es también responsabilidad de los dueños, ejecutivos, directores, informar al personal que tiene a su cargo sobre su rendimiento.

En algunas empresas este proceso se ve a veces afectado por el favoritismo o el amiguismo. Un sistema de estas características, y que no valora el mérito, acabará con el negocio.

Si deseamos que nuestro equipo esté compuesto por los mejores, la diferenciación es totalmente necesaria.

Ningún otro sistema de gestión de personal es más transparente, equitativo o rápido. Aunque no sea perfecto, es indudable que optimiza el funcionamiento de cualquier negocio.

martes, 1 de febrero de 2011

ROTAS CADENAS: TERMINAR CON SITUACIONES QUE NOS DESESTABILIZAN


Por Gerardo Klajnberg

Es inevitable que si estamos viviendo experiencias de liderazgo, vivamos algunas situaciones no esperadas, conozcamos personas, y que todo eso nos provoque sentimientos.
Esas personas, situaciones y sentimientos están ahí para enseñarnos algo. O para que ellos aprendan de de nosotros mismos.
Pero de NINGUNA MANERA para perder el foco, desequilibrarnos, desarmonizarnos o descentrarnos.

Y ahí está la fina línea del Desapego: cuando detectamos que algo o alguien nos desequilibra o desarmoniza: nos pone nerviosos, nos “saca”, lo queremos ver lejos.

Sin embargo: ¿por qué es tan difícil dejar ir un sentimiento, o una situación conflictiva o una persona que nos hace mal?
Porque en algún lugar, ese malestar es algo conocido, nos da confianza.
Es un malestar que probablemente se haya repetido a través de nuestras vidas en distintas situaciones y con distintas personas.
Dicho de otra forma, estamos encariñados con ese malestar conocido.

¿Y si decidimos decir BASTA? Nos queda el miedo del ego a lo desconocido.

Sentirse libres

Créame que es maravilloso poder fluir y dejar ir, desapegarnos de estas personas, estas situaciones, estos sentimientos.
Nos liberamos, nos sentimos libres para poder volver a elegir. No significa necesariamente cambiar de situación o de persona sino estar uno en una postura diferente: yo lo veo diferente lo siento diferente y por lo tanto actúo diferente.

Podemos tomar una actitud diferente ante la misma situación.

Por eso recuerde: ¡GANAR se Elige!