martes, 24 de julio de 2012

No bajar la guardia




Era la noche del 7 de diciembre de 1970. En el Madison Square Garden de Nueva York el mítico Roberto “Tito” Lectoure le daba indicaciones a los gritos a uno de sus más famosos y encumbrados boxeadores: Oscar “Ringo” Bonavena.
Era el enfrentamiento soñado de cualquier boxeador de esa época: en el otro rincón estaba el más grande del mundo, Muhammad Alí.
Ringo llegó a tirarlo a la lona en el séptimo round, pero Alí le devolvió por tres esa afrenta en el último.
Bovena no alcanzó el triunfo, pero en la historia del boxeo mundial quedó identificado por esa gran noche.
Nuestra vida de negocios en muchas ocasiones tiene un cierto parecido con esta anécdota: hay un momento en que creemos llegar a la gran pelea, en la cual aspiramos al título, pero no, por alguna fatídica razón no alcanzamos ese triunfo que anhelamos.
Y, como en el boxeo, tenemos que seguir entrenando y peleando, con la esperanza puesta en el próximo gran desafío.
En estos momentos nos encontramos con que, nuevamente, tenemos que volver al entrenamiento: hacer “footing” con las listas de precios, “bolsa” frente a los faltantes, y mucha “soga” para mantener el estado físico de la actividad.
Y claro, no es el momento de “bajar la guardia”.
En muchos momentos, hemos expresado en este espacio la necesidad de aprovechar el impulso de las buenas “rachas” para encarar nuevos desafíos, capacitaciones, incorporación de herramientas tecnológicas, inventarios optimizados, etc.
Aquellos que se entrenaron duro, seguramente estarán mejor preparados para “aguantar” nuevamente peleas de fondo.
Y en el final, como a Rocky Balboa, el triunfo nos estará esperando al llegar al último peldaño, tal vez no subiendo los brazos como él, pero seguramente tomando un descanso para, nuevamente, tomar carrera para el próximo desafío.

Natalio Borowicz

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