martes, 17 de mayo de 2011

LOS VOLANTES SOLO SIRVEN PARA LIMPIARSE



Aunque sea un bajo gasto de dinero igualmente no sirven de nada si no van dirigidos de manera expresa.

-Veo chicas y chicos repartiendo volantes en la calle: “Los mejores repuestos y precios en XXX”.

-Veo otros chicos y chicas en esquinas dándole volantes a taxistas y automovilistas. “Repuestos XXX, los mejores del barrio”

-Veo volantes pegados en columnas de luz o metidos en los parabrisas de autos estacionados.

Nada de eso sirve.

Terminan siendo bollos de papel que ensucian más las calles.

Estadísticamente hablando, los volantes representan la forma de publicidad que menos efecto producen: 1 persona de cada 100.000 realmente se interesa en lo que dice ese pedazo de papel.

¿Para qué hacerlos?

Hay un camino

Lo que falla es el medio de distribución del volante. En la calle, en el parabrisas, en el árbol pegado junto a otro que dice “Clases de inglés”, no sólo no comunican sino que “aberretan” a su emprendimiento.

Ahora, si los mete en un sobre y los coloca en la revista barrial, la gente se sentirá atraída a abrir ese sobre y ver qué dice. Las chances suben un poco más. No mucho pero crean otra sensación: el mensaje llega mejor y está más cuidado.


Y hay otro camino

Claro, tan antiguo como el volante pero siempre más efectivo: convertir ese papel suelto, en un aviso de una publicación. Lo mismo pero “pegado”. No hay posibilidad de hacer un bollo y tirarlo. Y le da mayor entidad a su negocio. ¿Es más caro? Sí. Pero es mejor que gastar dinero en algo que no sirve. ¿Qué piensa?

Por Anibal Litvin

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